jueves, 5 de enero de 2012

Nuestros ojos como ningún otro
Son los mismos
Ahora y durante cualquier expresión
Futura o pasada
Ajena o propia
Quemando el implacable cielo
Nuestra sangre fluía con el torrente más abismal
Arrastrándonos
Rasgando hasta la última parte de la razón moribunda
Uniéndonos cada vez más
Hoy te vas
Dejando latente el secreto de nuestra unión bendita
Como la de un padre y una hija
Latirá en tu vuelo y en tus firmes pasos sonará el ruido de las estrellas cuando caen
No escucharás el derrumbe de mis ojos
Pero lo sentirás como puñales de amor
No te des vuelta
Solo recuerde
Que yo estaré  hundida en la somnolencia
Pero viva para una vez más encontrarte

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