miércoles, 14 de marzo de 2012

Ojalá que haga frío
Para calmar el fuego que hoy me habita,
 Ojalá que hoy como ayer suene cien veces más el teléfono
Para que la despedida se padezca en siglos
Y así yo pueda escucharte…
Incompleto, desmoronado y enfermo.
Ojalá que eso me sirva de abrigo
O también ojalá que un día salga descalza de mi guarida
Y te vea parado en mi umbral con una libre sonrisa
Que subraye todo lo que alguna vez te pedí ,
Y me beses como lo hacías en los decrépitos amaneceres ya deshilachados.
Ojalá que junto a todo eso me cantes la canción que alguna vez esperé escuchar de tus opacos labios.
Ojalá me vuelvas a abrazar, a magnificar mis labios y mis ojos que ahora son tu eterno karma.
Ojalá que nunca hubieras elegido lo que debías.
Ojalá yo no esté escribiendo esto
Ni esté contando pastillas.
Ojalá que extrañarte hasta vomitar no sea un hábito
Ni aguardar a que me busques lo palpite a cada momento.
Ojalá que al necesitarme cada día más destruyas lo que te aprieta
Y si lo que espero nunca sucede…
Ojalá te mueras pronunciando mi nombre sosteniendo otra mano. 

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